Antes del shot de colágeno, antes del magnesio efervescente, antes de las apps que te avisan cuándo dormir, hay una pregunta que nadie nos enseña a hacernos: ¿Estás leyendo tu cuerpo o sólo reaccionando a él?
El bienestar — el real, el sostenible — no empieza en la rutina. Empieza en la observación. Y eso es alfabetización corporal: entender lo que ya sabes pero habías olvidado entre fórmulas, pantallas y diagnósticos sociales.
Este texto no pretende salvarte. Tampoco mejorarte. Solo te ofrece algo más útil: criterio.
Por Claudia Valdez
I. Lo que tomas (sin saber por qué)
Los suplementos no son el problema. El problema es no hacer la pregunta previa: ¿para qué lo necesito?
- Creatina: más fuerza, mejor recuperación, posible claridad mental.
- Proteína: no para ganar volumen, sino para no perder estructura.
- Beta-Alanina: más tolerancia, menos fatiga.
- ZMA: sueño, defensas, equilibrio.
- Nitratos naturales: eficiencia cardiovascular real. No mágica.
Ninguno funciona como magia. Todos tienen ciencia. Pero si no sabes por qué los tomas, no te están ayudando. Y si nadie te explica los efectos secundarios, entonces no es autocuidado. Es improvisación con disfraz de disciplina.
suplementos:
II. Lo que falta (y nunca te preguntaste)
La mayoría de las personas no tienen exceso de tóxicos. Tienen déficit de nutrientes. Pero lo más tóxico es no saberlo.
- Vitamina D: estado de ánimo, huesos, defensas.
- Magnesio: nervios, sueño, ansiedad.
- Hierro: oxígeno, claridad, energía real.
Hazte estudios. No supongas. Tu cansancio no siempre se debe al estrés.
Tu irritabilidad no siempre se debe a tu personalidad.
“MEDIR SIN INTERPRETAR ES RUIDO. MEDIR CON AUTOCONOCIMIENTO ES LENGUAJE.”
III. Lo que mides (como si eso fuera salud)
Las apps son útiles. Hasta que se vuelven jueces. Contar pasos no significa caminar bien. Tener data no implica tener conciencia.
Strava, Headspace, trackers de sueño, cronómetros de ayuno.
Herramientas, sí. Pero si sin ellas no sabes cómo estás, no estás presente. Solo estás cuantificado. Medir sin interpretar es ruido. Medir con autoconocimiento es lenguaje.
IV. Lo que no puedes comprar (aunque te lo vendan)
La mayoría de los pilares del bienestar no cuestan nada; por eso se vuelven invisibles.
- Dormir bien.
- Respirar sin distracciones.
- Comer sin prisa.
- Hidratarte antes de tener sed.
- Moverte sin intentar quemar calorías.
- Sentarte cinco minutos sin hacer absolutamente nada.
Eso es salud. Lo demás está decorado.

“NO NECESITO SER OPTIMIZADO. SOLO ENTENDIDO”
V. Lo que nadie puede hacer por ti
Tu cuerpo no está esperando suplementos. Está esperando contexto. Cuidarte no es hacer más Es hacer con intención.
La alfabetización corporal no empieza cuando cambias tus hábitos. Empieza cuando cuestionas por qué los repites.
¿Entonces?
No necesitas otro sistema. Ni otra rutina. Ni otra versión de ti.
Solo necesitas la versión que escucha lo que ya está ahí.
Lo que tu cuerpo repite con paciencia: “No necesito ser optimizado. Solo entendido.”
Y para entenderlo, realmente necesitas algo más que intuición. Consulta. Investiga. Contrasta. Ir al médico no es signo de debilidad, es un acto de amor propio.
Porque el cuerpo merece cuidado, pero sobre todo: contexto. Y el autocuidado, sin información, es sólo improvisación con una linda intención.