Cuando hablamos de perfumería de nicho, solemos pensar en exclusividad: fórmulas secretas, botellas minimalistas y precios que parecen reservarse para unos pocos. Pero la verdadera revolución del perfume ocurre en otro plano. No en el lujo visible, sino en el invisible: en la autenticidad de su origen, la complejidad detrás de su composición y las emociones que despierta desde que se formula hasta que la última gota de la fragancia se funde con la piel.

En exclusiva para Topics That Transform, en colaboración con Autrica, cinco expertas voces que definen el presente de la perfumería de nicho comparten una misma visión: la de un lujo más honesto, emocional y consciente. Porque el perfume de autor ya no busca impresionar, sino permanecer.

Por aNDREA BAU

Autenticidad como lujo contemporáneo

Durante años, el lujo se construyó sobre la idea de la perfección. En la promesa de algo un tanto inalcanzable. Hoy, esa narrativa está cambiando. El lujo contemporáneo derriba los estereotipos tradicionales. La perfección ha mudado de piel y las casas de perfumería de autor caminan bajo un eje simple pero radical: la autenticidad.

Caius von Knorring, cofundador de Matière Première, lo explica desde la raíz: “Las nuevas generaciones ya no creen en los discursos publicitarios; buscan autenticidad. Quieren saber qué hay detrás de una marca, su identidad real.” En su finca orgánica del sur de Francia, donde cultivan rosas, nardos y lavanda, la autenticidad no es un concepto: es una práctica diaria.

“Hablo de un storytelling real, aunque el nuestro es muy transparente. Lo que mostramos —nuestros campos de flores, nuestros perfumistas, el trabajo directo con la materia prima— es exactamente lo que somos”, explica. “La esencia del mensaje está en el propio nombre de la marca: Matière Première, la materia prima como punto de partida.”

Para Marine Roland, vicepresidenta de Ex Nihilo, la autenticidad también se basa en los ingredientes; aunque con el toque de innovación tecnológica que define a la marca desde su fundación en 2013. “Para nosotros es muy importante continuar sorprendiendo al cliente”, dice. “Colaboramos con la ciencia y la biotecnología, explorando nuevas notas y empujando los límites de la creatividad. El uso de ingredientes creados en laboratorio nos permite ser más libres y traer algo realmente nuevo al mercado.”

Sin embargo, la ciencia no resta pureza a su autenticidad; al contrario, la amplifica. “Siempre partimos de la materia prima y de un concepto, más que de lo que el mercado pide o los estudios de marketing dictan. No hacemos tests de mercado: creamos desde una idea.”

 La emoción detrás del perfume

Si la autenticidad es el alma de la perfumería de nicho, las emociones son su lenguaje. Las marcas ya no solo buscan impactar, sino regalarnos una experiencia sentimental, casi cinematográfica, que conquiste, no solo a las narices más exigentes, sino también al corazón.

David Benedek, fundador de BDK Parfums, lo lleva como manifiesto. Para él, cada fragancia es una historia. “La idea siempre fue trabajar como un estudio de perfumes. En el punto exacto entre la emoción y la materia prima”, explica. En su universo, el perfume deja de ser un accesorio para convertirse en narrativa. 

“No se trata solo del aroma o de los ingredientes —que, por supuesto, son esenciales, porque como casa perfumera debemos garantizar calidad—, sino también de la historia que contamos, del mensaje que transmitimos y de las emociones que provocamos.”

Esa visión también define a Elizabeth Villegas, directora comercial de Parfums de Marly e Initio. Aunque lidera dos casas con identidades distintas, ambas comparten algo esencial: el deseo de hacer sentir.

“El perfume es una extensión de tus emociones. El aroma se mueve con tu energía y con tu estado de ánimo, con cómo te sientes y cómo quieres ser vista”, dice. “Cada fragancia cambia contigo: con tu humor, con tu piel, con la estación. Eso es lo que la hace tan personal y tan bonita.”

 La dualidad


Jean-Philippe Clermont, fundador de Atelier des Ors, converge la emoción y la autenticidad en un mismo manifiesto. “No seguimos las tendencias. Cuando trabajamos en un nuevo perfume, lo hacemos porque queremos expresar algo auténtico”, explica. Para él, cada fragancia debe tener significado y expresarse de la manera más pura. “La perfumería transmite ideas, emociones y posturas. Eso es lo que rige a Atelier des Ors.”

Epílogo

Cinco voces, una misma esencia. La perfumería de autor demuestra que el lujo no está en seguir tendencias, sino en crear significado. En transformar lo efímero en memoria.