Melinda Solares comprendió pronto que la belleza podía ser tanto un refugio como una prisión. Creció en una familia cubanoamericana, donde la apariencia a menudo significaba supervivencia, y más tarde conquistó uno de los puestos más influyentes de la industria cosmética como Directora de Belleza en Sephora EE. UU.
Pero su verdadera revolución comenzó cuando decidió despojarse de los moldes. Con The Beauty Manifest, su podcast convertido en manifiesto personal, Melinda ha creado un espacio donde la belleza y la salud mental se entrelazan sin armaduras. Para ella, contar historias no es solo comunicar: es liberar.
En esta conversación exclusiva para Topics That Transform, Melinda demuestra que la vulnerabilidad no es debilidad, sino estrategia. Y que, a veces, el verdadero poder nace cuando tenemos el coraje de mostrarnos tal como somos.

El Núcleo Sin Nombre
TTT: Imagina títulos, redes y elogios que desaparecen; solo quedas tú frente al espejo más íntimo. ¿Qué palabra, o sensación, define a la Melinda que vive ahí, y cómo cultivas esa identidad cuando el mundo exige etiquetas?
Melinda: Vulnerabilidad. Los títulos y las redes sociales son armaduras que pesan, pero cuando decides soltarlas, emerge la versión más auténtica de ti misma. Para mí, el secreto es la presencia: desacelerar, sentir cada respiración, escuchar mi cuerpo. Es desde ese lugar donde encuentro claridad para elegir qué armaduras me sirven y cuáles es momento de dejar atrás.
Encrucijadas
TTT: Antes de tu primer gran ascenso, enfrentaste una encrucijada: lo seguro o el salto al vacío. ¿Qué voz interior inclinó la balanza hacia el riesgo y cómo resuena hoy esa misma voz?
Melinda: Todo empezó con un susurro en mi cuerpo: cansancio, enfermedad, una llamada urgente a saltar. Al principio, no sabía cómo escuchar mi intuición. Pero aprendí que cuando la voz interior se enciende, ya no hay opción de ignorarla. Hoy confío plenamente en esa guía, especialmente al construir The Beauty Manifest, mi universo íntimo donde todo lo que me importa tiene espacio para florecer.
Desaprender para Avanzar
TTT: Todos heredamos ideas que necesitamos desmantelar para crecer. ¿Cuál tuviste que soltar y qué paradigma la reemplazó?
Melinda: Mi bisabuela Adelaide fue encerrada por ser demasiado fuerte. Su historia resonaba en mi garganta, impidiéndome usar mi voz. Durante mucho tiempo pensé que debía callar para encajar. Pero ya no guardo silencio. Ahora sé que lo que tengo que decir es valioso, y esa certeza ha fortalecido mis relaciones, mi éxito profesional y, sobre todo, mi bienestar.
Abrir la Voz
TTT: ¿Qué necesidad interior honraste al elegir el formato del pódcast y cómo ha sido refugio o trampolín para tu evolución?
Melinda: Elegí el pódcast porque quería crear un espacio donde las conversaciones fueran auténticas, profundas y sin cortes. En un mundo donde la tecnología a menudo nos aleja, The Beauty Manifest me permite devolver dignidad a la conexión humana: conversaciones largas, con alma, donde nada está editado para agradar. Ese espacio ha sido tanto refugio como trampolín para mi propia evolución.
Laboratorio de Ideas
TTT: Tu pódcast es un laboratorio de ideas sobre confianza, comunidad y cuidado. ¿Qué revelación inesperada surgió de escuchar desde fuera y cómo cambió tu visión del bienestar?
Melinda: Descubrí que el bienestar verdadero no nace del reconocimiento externo, sino de la autenticidad y la autoaceptación. Escuchando las historias crudas y valientes de mis invitados, comprendí que ser fiel a uno mismo es la semilla más poderosa para el éxito y para la salud mental y emocional. Ha transformado por completo cómo defino el bienestar en mi vida y en mi trabajo.
Pacto Íntimo
TTT: ¿Qué pacto personal mantienes para no desviarte de tu propósito vital?
Melinda: Mi compromiso inquebrantable es con la pausa. En un mundo que nos empuja a la velocidad, elijo detenerme. Escucharme. Respirar. Es en ese silencio donde encuentro mi brújula interna y cuido mi centro.

El Chisquido Primordial
TTT: Si pudieras volver al instante en que la belleza se encendió para ti, ¿qué escena revivirías y qué emoción la habitaba?
Melinda: Fue el momento en que observé a una persona aparentemente perfecta por fuera, pero con tanta fealdad interna que entendí, de manera visceral, que la belleza real vive en el alma. Ese instante me liberó para siempre de la tiranía de las apariencias.
La Lección del “Casi”
TTT: Cuéntanos de un fracaso o un “casi éxito” que reconfiguró tu mapa interior. ¿Qué parte de ti murió entonces y qué parte más aguda renació?
Melinda: Durante años me esforcé hasta quebrarme, convencida de que la validación externa lo era todo. Pero cuando me encontré cara a cara con la oscuridad, la ansiedad, la dependencia y la duda, elegí algo radical: elegirme a mí misma. Ahí renací. No como alguien que solo hace, sino como alguien que simplemente es.
El Incomodidad como Brújula
TTT: ¿Recuerdas un momento en que la belleza te incomodó y cómo ese malestar es ahora brújula para tus decisiones?
Melinda: De niña, la belleza era una máscara que me enseñaron a llevar. Hoy la entiendo como un acto de expresión, no de validación. Mi brújula es el amor propio que no pide permiso para existir.

El Ritual que Sostiene
TTT: Cuando el trabajo amenaza con vaciar de significado tu misión, ¿qué ritual íntimo te devuelve a la raíz?
Melinda: La respiración. Me siento, cierro los ojos, agradezco a las partes de mí que me han protegido y las dejo ir a descansar. Es en ese instante cuando regreso a lo esencial: a mi verdad interior.
Cartografía del Futuro
TTT: Si pudieras susurrar una verdad incómoda al megáfono global de belleza y bienestar, ¿qué dirías y qué revolución esperas despertar?
Melinda: La perfección es una mentira. Quiero encender una revolución donde el descanso se reconozca como un lujo legítimo, donde la vulnerabilidad sea considerada poder y donde la belleza real deje de tener moldes. Mi sueño es que ninguna mujer crea jamás que debe transformarse para merecer ser vista o escuchada.
Cierre Editorial
Para Melinda Solares, la belleza nunca ha sido solo superficie. Es lenguaje, es poder y, sobre todo, es una herramienta para decidir qué historias merecen sobrevivir.
Y en su voz —firme, luminosa y sin miedo— late la convicción de que ninguna revolución empieza sin la valentía de mostrarnos tal como somos.