El tiempo siempre ha sido una obsesión humana. Lo medimos, perseguimos e intentamos atraparlo entre rutinas y momentos. Pero, en la relojería, se transforma en algo más: un gesto de belleza. En los talleres de TAG Heuer, la belleza se traduce en materia, precisión y emoción. Es un lenguaje distinto, más técnico y artesanal, que revela que lo más bello del tiempo no es su paso, sino la forma en que lo habitamos.

En una conversación exclusiva con Laurent Kervyn de Meerendré, Group Product Manager de TAG Heuer, Topics That Transform descubre cómo la relojería puede ser también una expresión de belleza. Una que no se muestra de forma literal, sino que se construye en silencio, con precisión y talento. En sus palabras, la técnica se convierte en lenguaje estético y el tiempo en el gesto más artesanal del lujo

Por aNDREA BAU

La belleza como medida del tiempo

En el universo de la relojería, cada milímetro importa. Pero en TAG Heuer, la precisión va más allá del mecanismo: se convierte en un lenguaje estético. Para Laurent Kervyn de Meerendré, la relojería es un arte silencioso, donde la belleza se construye con intención y paciencia.

TTT: La relojería siempre ha sido sinónimo de precisión. Sin embargo, cuando hablas de ella, lo haces con un lenguaje casi emocional. ¿Dónde se encuentra la belleza dentro de ese universo tan técnico?

Laurent Kervyn de Meerendré: La belleza en la relojería puede encontrarse de muchas formas. Está en el diseño, por supuesto, pero también en la mecánica. En TAG Heuer, trabajamos con distintas colecciones que expresan valores distintos del tiempo: fortaleza, resiliencia, elegancia, velocidad. Para mí, lo más fascinante ocurre cuando volteas un reloj y ves su interior. Observar un movimiento en acción, cada detalle, cada grabado, te hace entender que la verdadera belleza está en el savoir-faire, en el conocimiento que se transmite de generación en generación.

TTT: ¿Cuál dirías que es el gesto más bello del tiempo?

LKM: Probablemente, dedicarlo. El tiempo es lo más valioso que tenemos; podemos darlo, pero nunca recuperarlo. Esa es su magia y su paradoja. Creo que por eso un reloj tiene tanto valor simbólico: mide momentos, pero también emociones. Hay personas que compran una pieza para conmemorar algo importante y, al hacerlo, transforman un objeto en un recuerdo.

TTT: Hoy, el lujo se entiende de una manera distinta. Ya no se trata solo de materiales, sino de intención. ¿Cómo lo interpretan dentro de TAG Heuer?

LKM: Antes, el lujo tenía que ver con el estatus. Ahora tiene más que ver con el propósito. La gente quiere entender qué hay detrás de lo que usa: quién lo hace, cuánto tiempo lleva, qué historia guarda. En ese sentido, los relojes se han vuelto más personales. No buscan gritar “mírame”, sino acompañarte. Lo mismo pasa con el diseño: los acabados, los materiales, la complicación de un movimiento… cada detalle está pensado para durar. Ese es el verdadero lujo.

El paso del tiempo también transforma la estética. En la relojería contemporánea, la perfección dejó de ser un ideal estático para convertirse en un diálogo entre tradición y modernidad. TAG Heuer abraza esa evolución a través de materiales más vivos y diseños que envejecen con elegancia. Al final, crea relojes que se hacen más bellos con —vaya la bonita redundancia— el paso del tiempo.

La nueva generación del tiempo

El regreso de TAG Heuer al Salón Internacional Alta Relojería (SIAR) marca más que una presentación: simboliza un nuevo capítulo en la forma en que la marca entiende el tiempo. Diez años después de su última participación, TAG Heuer vuelve a México con una trilogía que combina precisión, herencia y audacia contemporánea.

“Todos forman parte de la familia Carrera Extreme Sport, una línea profundamente conectada con el ADN automovilístico de TAG Heuer. El nombre, de hecho, proviene de la Carrera Panamericana, aquella carrera mítica de los años cincuenta. Cada pieza lleva algo de esa adrenalina: la energía del movimiento, la velocidad, la emoción”, menciona Kervyn al introducir los nuevos modelos de la firma: Carrera Chronograph GMT Extreme Sport, Carrera Chronograph Tourbillon Extreme Sport F1 75th Anniversary y Carrera Extreme Sport Lucha Libre Special Edition. 

El primero representa la dualidad del viajero moderno: vive en un lugar, pero habita varios tiempos. Y es que su complicado GMT permite leer dos zonas horarias a la vez. “La mitad superior en negro para la noche y la inferior en el tono verde característico de TAG Heuer, representando el día. Es un reloj pensado para acompañar al viajero contemporáneo, alguien que vive el tiempo en constante movimiento. Convierte el acto de mirar la hora en un gesto de conexión”. En palabras del experto, el GMT se convierte en una metáfora de la vida moderna: un recordatorio de que el tiempo no siempre corre en la misma dirección, pero la belleza está en aprender a seguir su ritmo.

En cambio, el Carrera Chronograph Tourbillon Extreme Sport F1 75th Anniversary, celebra la precisión en su forma más competitiva; pues conmemora los 75 años de la Fórmula 1 y el regreso de TAG Heuer como cronometrador oficial de la competencia. “Cada reloj está numerado con un año distinto, de 1950 a 2025”, cuenta Kervyn. “De esa manera, cada pieza se vuelve una cápsula del tiempo: un homenaje a la historia del automovilismo y a quienes han definido su velocidad”. 

Sobre el bisel, el logotipo de la F1 y el número 75 funcionan como un guiño al tiempo compartido entre la marca y el deporte. “La relación de TAG Heuer con la Fórmula 1 es casi sentimental”, dice Kervyn. “Estuvimos ahí en las primeras competencias, con pilotos que marcaron historia. Hoy regresamos no solo para medir la velocidad, sino para celebrarla”. Un retorno que también tiene algo de belleza. “La F1 es emoción pura: el ruido, la tensión, la adrenalina”, añade. “Nuestro trabajo es capturar esa energía en un objeto silencioso. Eso es lo fascinante de la relojería: convertir movimiento en memoria.”

TAG Heuer y su legado en México

Entre los tres nuevos lanzamientos, hay uno que late distinto.Con un cronógrafo en negro, detalles en rosa vibrante y verde intenso, un bisel grabado con el nombre del país y una máscara de luchador en la esfera, encontramos el Carrera Extreme Sport Lucha Libre Special Edition: una pieza creada exclusivamente para México.Limitada a solo 25 ejemplares, rinde homenaje a la cultura del país con una mezcla de color, símbolo y orgullo.

“Queríamos que fuera una colaboración auténtica, no una interpretación desde fuera”, cuenta Kervyn. “Trabajamos muy de cerca con el equipo local para crear algo real y con alma. La lucha libre representa fuerza, energía, teatralidad… todo lo que hace única a la cultura mexicana. Este reloj no busca copiar, sino dialogar: combinar la precisión suiza con la pasión mexicana”.

Epílogo

En palabras de Kervyn, el tiempo es lo más valioso que tenemos. Podemos regalarlo, pero nunca recuperarlo. Tal vez por eso, en TAG Heuer, cada reloj busca capturarlo sin detenerlo. Porque al final, la belleza no está en detener el tiempo, sino en aprender a habitarlo.