Por años, Zara ha sido sinónimo de estilo inmediato: moda que capta el pulso del deseo global y lo traduce en piezas que definen temporadas. Su incursión en belleza ha seguido la misma lógica: audaz, precisa, siempre alineada con la estética contemporánea.
Primero vinieron los perfumes. Luego, los productos de estilizado, junto al legendario Guido Palau. Pero ahora, por fin, llega el gesto fundacional: el cuidado capilar desde el origen.
Zara lanza oficialmente su primera línea de shampoos, acondicionadores y mascarilla, una colección que marca un antes y un después en su universo de belleza. No se trata de efecto ni de ornamento. No hay glitter. No hay peinados editoriales ni gel con memoria. Lo que hay es algo más radical: una declaración de intenciones que comienza en la raíz —literal y simbólicamente.
Por Claudia Valdez
La transición del efecto al gesto
En retrospectiva, todo ha sido una preparación. En 2023, la marca coqueteó con el cabello a través de lo visual: lacas brillantes, pasadores dorados, texturas glitter. En 2024, evolucionó hacia la técnica: sprays de textura, bálsamos para volumen, activadores de rizos. Todo bajo el paraguas de Everyday Basics, una cápsula estilística pensada para quienes querían jugar con su cabello como juegan con su ropa.
Pero en 2025 es diferente. Ahora, el foco ya no está en cómo se ve el cabello, sino en cómo se siente.
el foco ya no está en cómo se ve el cabello, sino en cómo se siente.
Una línea dividida por necesidades, no por tendencias
Zara Hair Care se presenta como un sistema. No uno rígido, sino modular e intuitivo, pensado para acompañar la vida real. La línea incluye cinco rutinas distintas, diseñadas con precisión para respetar el tipo de fibra capilar y no imponerle una forma predefinida.





Cada fórmula está diseñada para limpiar con delicadeza, acondicionar con intención y preparar el cabello.
Estética depurada: funcionalismo elevado
El diseño acompaña la filosofía: minimalismo gráfico, envases sobrios, etiquetas que informan sin adornos. Zara evita el artificio y se alinea con el lenguaje visual del lujo silencioso. La presentación tiene ecos del diseño escandinavo: limpio, intuitivo, honesto.
Pero detrás de esa sobriedad hay una sofisticación técnica evidente: texturas que se funden con facilidad, fragancias suaves y fórmulas que respetan el cuero cabelludo. Esta no es una línea para prometer transformaciones milagrosas. Es una línea para cuidar lo que ya existe. Y cuidarlo bien.
Más que belleza: rutina como declaración de estilo
Zara Hair Care nace en un contexto donde el self-care ha dejado de ser indulgencia para convertirse en una forma de presencia. Peinarse, lavarse el cabello, aplicar una mascarilla… son gestos íntimos, repetidos, profundamente personales. Y también, profundamente políticos.
Optar por una rutina que no impone sino que acompaña, que no disciplina sino que libera, es hoy una forma de lujo moderno. Uno que no necesita ser caro para ser valioso. Uno que empieza en el baño y termina en la manera en que caminamos, nos movemos, nos mostramos.
Zara Beauty: el cabello como materia viva que merece cuidado, no solo estilo
Conclusión: el comienzo de algo mayor
Este lanzamiento no es una simple extensión de categoría. Es el nacimiento de una nueva narrativa dentro de Zara Beauty: el cabello como materia viva que merece cuidado, no solo estilo. El punto cero. El origen. La base desde donde todo lo demás puede construirse.
Si antes Zara nos ofrecía herramientas para jugar con nuestro cabello, ahora nos ofrece la posibilidad de cuidarlo. Y como siempre, lo hace con una estética impecable, una ejecución precisa y una promesa clara:
El verdadero estilo empieza desde la raíz.